De pequeña iba todos los sábados con mis padres a pasar el día al campo. Unas semanas nos desplazábamos en coche hasta Montornés del Vallés y otras nos quedábamos más cerca, en Badalona mismo, e íbamos a la zona de Sant Jeroni, en la Serralada Litoral. En los días que nos quedábamos en Sant Jeroni solíamos ir a visitar el exterior del viejo monasterio, cuya torre se podía ver desde lejos. Ajena a la historia del lugar correteaba con mi hermana y mis primas por los alrededores. Normalmente el monasterio estaba cerrado pero algún día, no sabía el motivo, la gran puerta de madera estaba abierta y había accedido a un patio con columnas muy bonito. Esos son los recuerdos de mi niñez sobre el monasterio. Hace un par de semanas hicimos una visita guiada y descubrimos la historia de más de 500 años que encierran los muros de Sant Jeroni de la Murtra.
¿Quiénes eran los Jerónimos?
La Orden de los Jerónimos se creó entre los siglos XIV y XV. San Jerónimo fue un santo que vivió en el siglo IV y que tradujo al latín la Biblia (llamada la vulgata). La Orden solo existió en la península ibérica (España y Portugal) y eran comunidades de hermanos ermitaños. Tenían mucha relación con los reyes ya que los monasterios jerónimos funcionaban como hostales reales. De esta manera los reyes pagaban parte de la construcción.
Se tiene constancia de que por el Monestir de Sant Jeroni de la Murtra pasaron Juan II (padre de Fernando el Católico), los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II.
Historia del Monasterio
El Monestir de Sant Jeroni de la Murtra se fundó sobre el año 1416 (con 7 frailes) y hasta 1835 vivieron monjes en él. Los terrenos y la casa eran de una pequeña masía llamada la Casa de la Murtra y fueron un regalo de un mercader de Barcelona. Durante los siglos XVII y XVIII el monasterio entró en crisis debido a la pérdida de tierras por la desamortización de Mendizábal. El monasterio también funcionaba como hospedería para peregrinos y tenía una importante biblioteca.
En 1820 se hace una primera venta del monasterio. El 27 y 28 de julio de 1835 el edificio sufrió algunos daños debido a un incendio pero debido a que estaba habitado no quedó derruido. A partir de 1835, cuando los últimos monjes abandonaron el monasterio, y hasta el inicio de la guerra civil funcionó como colonia de veraneantes. La colonia de veraneantes fraccionaron las tierras y el edificio del monasterio y varias familias vivían en él de junio a septiembre (aproximadamente unas 20 semanas). Durante este tiempo cultivaban las tierras y en invierno había dos familias que se encargaban del cuidado del edificio.
Tras la guerra civil, las tierras y el edificio, se venden a un particular. La señora Francesca Güell, hija del mecenas de Gaudí, lo compra e intenta que sea habitado por alguna orden monástica y vuelva a funcionar como monasterio. No fue posible debido al mal estado de las instalaciones.
En los años setenta junto a un grupo de sacerdotes, a la Asociación Amigos de los Monasterios y a la Fundació Catalunya-América lo convierte en un lugar de recogimiento y silencio, sin distinción de religión e ideologías. La señora Güell murió en 1976.
Visita al Monasterio
Patio
La primera zona que se visita es el patio. En él está la antigua puerta de acceso y la zona de hospedería que actualmente está en ruinas. También está la antigua Torre de Defensa, construida a finales del año 1500, para defenderse de los ataques piratas muy comunes en esa época. Desde lo más alto de la torre se tenían unas buenas vistas de la zona y del mar. Los ataques eran tan importantes que tan solo se tardaron unos 4-5 años en construirla, estaba rodeada de un foso y, para poder dejar aislado el edificio del monasterio, solo se podía acceder a él a través del primer piso.
Una vez pasado el peligro de los ataques piratas la torre se reconvirtió en la Torre del Prior. Se construyó un puente que la unía al edificio principal y el interior se distribuyó en estancias.
La fachada principal del monasterio, que da al patio, era la que pertenecía a la antigua masía conservando el reloj de sol que la decoraba. Tan solo se le añadió ornamentación renacentista. Actualmente un figura de San Jerónimo la preside. Fue colocada en 1997.
A la derecha de la fachada principal se encuentra el edificio llamado Obra Nova. Es un edificio renacentista cuya fachada se restauró en el año 2000.
Portería
Al entrar al monasterio la primera estancia es la portería. Aquí la gente esperaba la caridad de los monjes así como el pan y los remedios medicinales que solían entregar a los habitantes de la zona.
Claustro
El Claustro se construyó en el siglo XVI con piedras de las canteras de Montjüic y Girona. Los techos están decorados con imágenes bíblicas y escudos y caras de personas que sufragaron los gastos de la construcción. No se puede tener constancia de las personas que donaron dinero ya que el archivo se destruyó por un incendio. El claustro se construyó en estilo gótico tardío y en él destancan sus bóvedas de cruceria todas decoradas de forma diferente (tal y como hemos comentado antes: con santos, pasajes bíblicos y escudos heráldicos).
Destacan también los arcos ojivales (también llamados apuntados) que permitían que la luz entrara en los pasillos del claustro. Las columnas funcionan de contrafuertes para aguantar el peso. Como era costumbre en el renacimiento las medidas arquitectónicas del claustro eran proporcionales.
El claustro tiene dos plantas. La inferior era la zona comunitaria y de paso para ir a las distintas zonas del monasterio (portería, iglesia, refrectorio…). La primera planta era donde se encontraban las celdas de los monjes y un lugar de silencio y recogimiento.
En 1493 los Reyes Católicos pasaron una temporada en el monasterio donde Fernando convalecía de las heridas sufridas durante un atentado en Barcelona. Fue aquí donde recibieron a Cristobal Colón tras la vuelta de su primer viaje a América (o a las Indias donde él pensaba que había llegado). Les ofreció productos traídos de las nuevas tierras y habitantes de las «indias».
Un fraile del monasterio de Sant Jeroni acompañó a Colón en su segundo viaje a las «Indias» , Ramón Pané. Se instaló en comunidades indígenas y estudió su cultura y su lengua. Acabó bautizando a los indígenas para evitar que los convirtieran en esclavos. Escribió un libro sobre los indios y es considerado el primer misionero de la historia. Actualmente en la isla de la Española (República Dominicana y Haití) es muy venerado y algunos colegios llevan su nombre. Se puede ver la imagen de Cristobal Colón en uno de los arcos del claustro. En la llamada Galería Real también están esculpidas las caras de los Reyes Católicos.
En el jardin del claustro hay un pozo, una fuente renacentista y el arbusto de murtra (que da nombre al monasterio) más antiguo del recinto, con más de 150 años. Murtra en castellano es mirto.
Iglesia
La iglesia del monaterio se quemó en 1835 y no ha sido restaurada. Siguen en pie las paredes laterales y el ábside. Era una iglesia de planta rectangular con seis capillas laterales. Estaba dedicada a Belén. En el suelo de la iglesia se pueden apreciar las tumbas de algunos frailes y miembros de importantes familias de la zona. El ábside estaba orientado a la salida del sol que iluminaban la iglesia a través de los ventanales. Junto al campanario había un rosetón que no se conserva. El campanario servia para despertar a los monjes para las oraciones nocturnas.
Cocina
La cocina era de grandes dimensiones ya que además de cocinar para los monjes se hacía también para los huéspedes y se repartía comida entre la gente que pedía caridad. Se construyó a mediados del siglo XV. Las baldosas del suelo son las originales y tienen unas estrías para no resbalar. En el centro de la estancia hay una mesa de piedra de la que no se conoce la época. En uno de los laterales se conserva el lugar donde se mantenían los productos en fresco. Se sabe que tenía dos chimeneas donde se cocinaba, actualmente no se conserva ninguna ya que se quitaron por problemas de espacio ya que esta estancia funcionó posteriormente como tienda.
Segundo Claustro
Junto al claustro principal había un segundo de dimensiones más pequeñas y que no se conserva en tan buen estado como el primero. Aquí se encontraba la enfermeria, donde vivían los monjes más mayores o los enfermos y otras zonas de servicio.
En esta zona se encuentra el lavadero, cuya agua viene directamente de la Font Santa. El agua que llegaba al monasterio fue rápidamente canalizada y se distribuía por las distintas estancias, desde la sacristía hasta la cocina.
Además se encontraban en el segundo claustro las instalaciones donde se hacía el vino, que también eran utilizadas por familias vecinas. En una de sus paredes se pueden ver todavía los nombres de algunas de estas familias. En aquella época el monasterio estaba rodeado de viñas.
Refrectorio
El refretorio era el lugar utilizado por los monjes para comer. Antes de entrar debían hacer dos filas en el claustro y entrar con la capucha puesta.
Debían comer en silencio. Algunas de las comidas eran acompañadas por la lectura de la Biblia o el Costumbrari para alimentar el intelecto además del cuerpo. El refrectorio se construyó en la segunda mitad del siglo XV y fue sufragado por el monarca Juan II. En la primera bóveda se puede ver el escudo del rey y una frase que dice: «Juan II me hizo». Se han encontrado pinturas de tres siglos diferentes.
Actualmente el refrectorio, totalmente restaurado, se ha convertido en la capilla del monasterio y en él se celebra misa una vez a la semana. También se realizan conciertos por su buena acústica. A través de unos cristales, tras el actual altar, se encuentra la bodega donde se conservaba el vino.
7 opiniones sobre “Sant Jeroni de la Murtra, más de 500 años de historia”