Hacía tiempo que los Janonautas queríamos ir a comer el brunch que todos los domingos, de 12:00 a 16:00 horas, se sirve en el Hotel Barceló Raval de Barcelona y el pasado fin de semana tuvimos la ocasión de ir a probarlo. La palabra brunch es una expresión inglesa que resulta de unir Breakfast (desayuno) y Lunch (almuerzo) y resume la combinación de las dos comidas que se suele hacer a última hora de la mañana. El restaurante BLounge del hotel, en un entorno muy agradable, ofrece un buffet variado que, si el tiempo lo permite, se puede acompañar de un cóctel en la terraza panorámica de la planta 11. El precio es de 25 euros por persona. Los Janonautas disfrutamos mucho de esta experiencia y queremos compartirla con vosotros.
En el barrio del Raval de Barcelona, frente a la concurrida Rambla del mismo nombre, está el Hotel Barceló Raval. Es un edificio moderno que contrasta con el resto de viviendas de la zona.
No os perdáis, en el paseo arbolado que hay enfrente, una de las más llamativas esculturas callejeras de Barcelona: el Gato de Botero.
El exterior del edificio no nos da una idea de la curiosa decoración que se muestra al acceder al hall. Lo que más nos llamó la atención fueron sin duda los tubos cilíndricos que cuelgan del techo como estalactitas de distintos tamaños.
El restaurante BLounge es accesible desde la misma planta de recepción del hotel. Al entrar nos recibe la música de los años 50 y 60 que un DJ va poniendo desde un rincón de la sala.
En un extremo del salón está el buffet que podemos considerar más de desayuno donde tenemos el café, las infusiones y zumos, algunos dulces de bollería junto con embutidos, quesos y distintos tipos de pan.
Justo al lado tenemos un segundo buffet con pizza y algunos platos calientes como verduras y brochetas de carne.
En el aparador que ocupa el centro del BLounge están las comidas saladas: sopa, tortilla de patatas, ensaladas, humus, bocadillos de bagels, anchoas … y también los postres.
El brunch incluye también la opción de pedir huevos a la florentina (con espinacas) o huevos Benedict (con jamón y salsa holandesa).
La comida es buena, el ambiente es relajado y nos sentimos muy cómodos. Al acabar de comer nos ofrecen un cóctel a elegir entre Bloody Mary (zumo de tomate con vodka) o Mimosa (zumo de naranja con cava). Para Clàudia un San Francisco. Nos los podemos tomar en la terraza de 360º del hotel y disfrutar a la vez de las magníficas vistas de Barcelona.
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