Milán es una de esas ciudades tachada durante años de industrial, como Bilbao, Liverpool o Hamburgo y tratada injustamente por los viajeros. Igual de injusto sería decir que los puntos de interés culturales de Milán se pueden comparar con los de otras ciudades de Italia como Florencia o Roma, pero eso no quiere decir que no sea una de las ciudades más interesantes a la que los Janonautas hayamos viajado. De hecho, la hemos visitado en varias ocasiones y siempre nos ha gustado y nos hemos sentido muy a gusto en ella. Desde su famoso Duomo a sus menos conocidos Navigli, pasando por el Castello Sforzesco y una de las joyas pictóricas del genio Leonardo da Vinci, Milán no deja indiferente a nadie. Aquí tenéis: Qué ver en Milán, 12 cosas que no te puedes perder.
Situación
Milán está situada en el norte de Italia, concretamente en la región de Lombardía de la que es capital. Es la segunda ciudad más poblada del país y una de las más ricas económicamente hablando. Está situada en medio de dos grandes cadenas montañosas: los Alpes y los Apeninos.
Historia
La ciudad que conocemos como Milán fue fundada en el año 600 a. C. por los celtas. Tras pertenecer a los romanos esta próspera ciudad pasó por las manos de hunos, ostrogodos, bizantinos y lombardos. En la historia de Milán los dos nombres más importantes son los Visconti y los Sforza que fueron las familias que la gobernaron como ducado durante muchos años. Tras estas prósperas etapas la región pasó de los franceses a los españoles y de estos a los austriacos. Era moneda de cambio en los distintos tratados tras las guerras. Al inicio del movimiento por la unificación italiana, Milán, que pertenecía todavía a los austriacos, se convirtió en el centro del nacionalismo italiano.
Qué ver en Milán: 12 cosas que no te puedes perder
1. Piazza del Duomo y Duomo
La Piazza del Duomo es el centro neurálgico, cultural y social de la ciudad y la plaza más importante. En ella se encuentran dos de los monumentos más destacados: el Duomo, de la que toma el nombre, y la Galleria Vittorio Emanuele II. Normalmente esta plaza siempre está llena muy concurrida, tanto de turistas como de milaneses, al tratarse de un lugar de reunión y punto de encuentro.
Tiene una superficie de 17.000 m2 y forma rectangular. La plaza se empezó a construir en el siglo XIV al mismo tiempo que el Duomo, pero el diseño actual es de finales del XIX cuando se reformó tras la construcción de la Galleria.
Además de los dos monumentos más importantes, anteriormente indicados, destacamos el Palazzo Reale. Este edificio fue la sede del gobierno local y la residencia de la familia Sforza durante un tiempo. Actualmente es un centro de exposiciones y actividades culturales y está abierto al público.
En uno de los laterales está el monumento dedicado al rey Vittorio Emanuele II.
En el año 2010 se abrió al público el Museo del Novecento que, además de una importante colección de obras de arte de autores italianos, ofrece una bonitas vistas de la Piazza del Duomo y sus monumentos. Los Janonautas no lo hemos visitado todavía, pero lo tenemos en la agenda.


Durante la época navideña en la Piazza del Duomo se instala un enorme árbol de Navidad.
El Duomo de Milán es sin duda el símbolo de la ciudad. Los datos de este edificio son impresionantes: construida completamente en mármol blanco (algunos expertos dicen que es blanco-rosado), con capacidad para 40.000 personas, 157 metros de longitud, 11.700 m2 de superficie y 45 metros de altura. Es una de las catedrales católicas más grandes del mundo y se tardó casi seis siglos en construir.
En el año 1386 se inició la construcción sobre las ruinas de dos edificios religiosos anteriores: la Basílica de Santa Tecla y la de San Ambrosio. La zona era el centro de la ciudad en aquella época. Los trabajos finalizaron en 1965, y hasta 70 arquitectos trabajaron en la construcción del edificio. El resultado te deja sin palabras en cuanto entras en la plaza.
El estilo arquitectónico del Duomo es claramente gótico con detalles del arte tradicional lombardo. Está coronada por 135 agujas sustentadas sobre otras tantas estatuas de santos. Se puenden contar hasta 150 gárgolas que funcionan como desagües.




En la fachada os queremos destacar dos cosas: la figura precursora de la Estatua de la Libertad, como les gusta presumir a los milaneses, y las «cicatrices de la guerra» en la puerta principal.
La Estatua de la Libertad a la que hacen mención los milaneses es una figura de Camilo Pacetti llamada «La Legge Nuova» (la ley nueva) que se colocó en la fachada de la catedral en 1810, la podéis buscar sobre la puerta principal en el lado izquierdo. Esta figura sostiene una antorcha en la mano derecha, tiene corona y viste una túnica y la única diferencia con la de Nueva York es que la milanesa sostiene una cruz en la mano izquierda y la neoyorquina un libro con la fecha de la independencia de los Estados Unidos.
En la puerta principal aún se conservan restos incrustados de las bombas que fueron lanzadas sobre la ciudad de Milán durante la 2ª Guerra Mundial.



El interior está formado por la nave central y cuatro naves laterales. De la decoración resaltamos, además de los cuadros que representan escenas bíblicas, las altas columnas de mármol con diferentes estatuas talladas.
En la zona del altar se guarda la reliquia más importante del Duomo: un clavo de la cruz de Cristo.
Los Janonautas os aconsejamos subir a las terrazas del Duomo. Se accede a través de unas escaleras, de forma gratuita o en ascensor de pago. Se puede pasear a través del bosque de los pináculos y admirar las numerosas agujas coronadas por estatuas.
Las vistas de la ciudad también son espectaculares desde esta zona.
Y en el punto más alto del Duomo está la famosa Madonnina de Giuseppe Perego, una estatua de cobre dorada colocada en 1774 y que representa a la Virgen María que es además la protectora de la ciudad. Durante la 2ª Guerra Mundial fue cubierta para protegerla.
Si visitáis Milán de paso o no tenéis mucho tiempo el Duomo es una de las cosas que no te puedes perder.
Nota importante: para acceder al Duomo se deben llevar los hombros y las rodillas tapadas.
2. Galleria Vittorio Emanuele II
La Galleria comunica la Piazza del Duomo con la Piazza Scala (donde se ubica el Teatro alla Scala). La idea original de los arquitectos era realizar una calle porticada que sirviera de escaparate y de paseo para tomar el aperitivo o cenar después de la ópera.
Cuando fue construida, a partir del 1865 (por el arquitecto Giuseppe Mengoni,) se utilizaron hierro y vidrio, como en las estaciones de tren de París, una técnica que por aquel entonces era muy vanguardista.
La estructura de la Galleria está formada por 353 toneladas de hierro utilizadas para el armazón de la cobertura; la altura es de 32 metros y 47 metros la altura del Octágono (su centro con la característica forma octagonal).
La Galleria se convierte en un extraordinario y elegante refugio, en caso de necesidad, para protegerse de chaparrones repentinos o del sol, ¡un verdadero salón!
La decoración interior de la Galleria va desde los grotescos, las cariátides y pilastras, típicos de la segunda mitad del siglo XIX milanés, hasta pinturas mitológicas.
Todas las tiendas y locales de la Galleria deben tener el letrero con el fondo negro y las letras doradas.
La Galleria está considerada junto con Via Montenapoleone y Via della Spiga, de las que os hablaremos más adelante, una de las zonas comerciales de lujo de Milán. Aquí tienen su sede numerosas tiendas de firmas y marcas prestigiosas, cafeterías y restaurantes famosos, y además históricas librerías.
Y si deseas volver a Milán, la tradición aconseja girar con el tacón del zapato sobre los atributos del toro, mosaico (que representa el escudo de Turín) del suelo del espléndido octágono central de la Galleria. Un gesto supersticioso, que forma parte de la tradición milanesa y tan seguido ¡que se ha formado un profundo agujero en el suelo! En definitiva, en este famoso pasaje es imposible aburrirse.


3. Teatro alla Scala
Como hemos comentado anteriormente la Galleria va de la Piazza del Duomo a la Piazza della Scala. Lo que le da nombre a esta plaza es el Teatro alla Scala, uno de los teatros líricos más famosos e importantes del mundo.
El edificio actual se construyó en el año 1776 tras el incendio que destruyó por completo el antiguo edificio de la Ópera de Milán. Recibe el nombre de la iglesia que había en los terrenos donde se levantó y que estaba dedicada a Santa Maria alla Scala.
Se puede realizar una visita guiada por sus instalaciones y por el museo. La temporada de representaciones empieza siempre el 7 de diciembre, día de san Ambrosio, que es el patrón de Milán.
En la Piazza della Scala destacamos también la estatua dedicado al gran genio del Renacimiento Leonardo da Vinci.
4. Piazza Mercanti
Muy cerca de la Piazza del Duomo encontramos los restos de la Milán medieval en la Piazza Mercanti.
La Piazza Mercanti tiene su origen en el siglo XIII y es de planta rectangular. Fue durante la Edad Media el centro de la vida pública de la ciudad, actualmente es un bello rincón rodeado de edificios medievales y con un pozo del siglo XVI en el centro.
Enumeramos los edificios más importantes de la Piazza Mercanti:
Palazzo dei Giureconsulti. En este edificio, en el que destaca la torre del reloj que marcaba la vida comercial de la ciudad, estaba situada la sede de la antigua cámara de comercio.


Palazzo delle Scuola Palatine. Edificio construido en 1645 y que era la escuela superior más importante de Milán.
Loggia degli Osii. Edificio de mármol blanco y negro construido en el siglo XIV y con arcadas en la parte inferior. Eran las oficinas de los jueces y los notarios y en su decoración exterior encontramos estatuas y escudos. Destacamos las del piso superior que representan a los patronos de la ciudad.
Hemos dejado para el final el edificio más importante: el Palazzo della Regione que además esconde un peculiar secreto.
El Palazzo della Regione se reconoce por su construcción en ladrillo rojo. Es el edificio más grande de la Piazza Mercanti, se construyó en 1233 y en 1773 se le añadió una planta más. Era la sede de los tribunales de justicia y en la parte baja, constituida por pórticos con siete arcos, se instalaba el mercado de la ciudad.



En uno de los arcos exteriores debéis buscar el secreto del palazzo: se trata de un animal mágico esculpido en la piedra que fue el primer símbolo de la ciudad. De este animal llamado scofra semilanuta, una mezcla entre jabalí y cordero, se dice que proviene el nombre de la ciudad, primero la Mediolanum romana y después ya Milán.
5. San Maurizio al Monasterio Maggiore
Entre la Piazza del Duomo y el Castello Sforzesco os recomendamos una parada en la iglesia de San Maurizio que pertenece al Monasterio Maggiore que actualmente es el Museo Arqueológico de Milán. ¡Para los Janonautas fue todo un descubrimiento!
El aspecto exterior de la iglesia es muy sobrio y contrasta con la belleza de su interior. Fue construida en 1503 y pertenecía al Monasterio Maggiore de monjas benedictinas, siendo este el convento el más antiguo de la ciudad. De hecho la iglesia estaba dividida en dos espacios por un muro, la parte donde los siervos escuchaban misa y la parte en el que las monjas se colocaban para la misa y sus rezos.


Las paredes de la iglesia están cubiertas por frescos de pasajes bíblicos del siglo XVI muy bien conservados, todos ellos de artistas del Renacimiento lombardo. Es conocida como la «Capilla Sixtina» de Milán.




Destacamos el órgano de 1554 que todavía se utiliza para conciertos y el cuadro del Arca de Noé con una pareja de unicornios subiendo al Arca. El acceso a la iglesia es gratuito.


6. Castello Sforzesco
Fortaleza defensiva, residencia, cuartel, sede de museos e instituciones culturales: diferentes y complejas han sido las transformaciones que durante los siglos han hecho del Castello Sforzesco, uno los monumentos más representativos y conocidos de Milán. El castillo fue construido entre 1360 y 1370.
Precisamente a causa de su evidente estructura de carácter defensivo, fueron frecuentes los asedios, las demoliciones y las sucesivas reconstrucciones de algunas de sus partes durante las dominaciones francesas, españolas y austríacas.
Actualmente el Castello Sforzesco es la sede de más de diez museos, una pinacoteca y dos bibliotecas. En uno de ellos se expone la Pietá Rondanini, la última obra de Miguel Ángel. También se utiliza para exposiciones temporales.
Hay visita guiada por las almenadas del Castello Sforzesco, desde ellas se puede admirar toda la estructura del castillo y en particular, la Corte Ducale (parte residencial del edificio). También se tienen estupendas vistas del centro de la ciudad.
Os recomendamos un paseo por la noche para admirar el Castello Sforzesco iluminado. La entrada al castillo es gratuita y tan solo se paga entrada en alguno de los museos.
7. Parco Sempione
Es el parque más grande de Milán y ocupa una superficie de 47 hectáreas. Está situado junto al Castello Sforzesco y fue construido en 1893 al estilo de los jardines ingleses. Además de una importante variedad de especies de árboles en el parque hay puentes, pabellones, un lago artificial y algunos monumentos interesantes.
Los Janonautas destacamos el Arco della Pace, también llamado Porta Sempione. Se trata de un arco de triunfo construido en la época napoleónica y está situado en una de las entradas del parque.
8. Cenacolo Vinciano
Una de las mejores y más conocida obra de arte mundial es sin duda el Cenacolo Vinciano (también llamada Última Cena) de Leonardo da Vinci. Esta obra se encuentra en la Chiesa di Santa Maria delle Grazie y puede visitarse. Los Janonautas le dedicamos un post y podéis leerlo AQUÍ .
Para los Janonautas otra de las cosas que no te puedes perder en Milán.
9. Il Dito
Il Dito es el nombre popular de una escultura enorme de Maurizio Cattelan situada en la Piazza Affari de Milán. Su verdadero nombre es L.O.V.E., un acrónimo de Libertà, Odio, Vendetta y Eternità.
Esta escultura del artista contemporáneo más importante de Italia, aunque también un poco controvertida, esta rodeada de mucha polémica, os explicamos el motivo. La escultura de mármol de carrara de 110 metros de altura representa una mano con los dedos cortados a excepción del dedo del medio. O sea lo que en nuestro país llamamos una peineta. Está situada, como hemos dicho, en la Piazza Affari, y aquí viene la polémica, justo delante del Palazzo Mezzanotta que es la sede de la Bolsa de Milán y un edificio de claro estilo fascista.
Es un gesto irreverente de la escultura hacia lo que representan hoy las finanzas justo delante de la sede milanesa de las mismas. También es una denuncia al fascismo ya que la colocación de la mano era como el saluto romano, símbolo del fascismo, pero al que le han cortado los dedos.
Para los miembros de la Bolsa de Milán era un escultura ofensiva y solicitaron su retirada. Pero la presión popular ha hecho que no se haya movido de su lugar original. Dicen que el presidente de la Bolsa optó por cambiar su despacho de sitio para no tener que verla cada día.
10. Colonne di San Lorenzo
Se trata de 16 columnas corintias que formaban parte de un templo o baño romano del siglo II. Actualmente están colocadas delante de la Basilica di San Lorenzo Maggiore (la iglesia más antigua de Milán), aunque se sabe que esta no era su ubicación original. En la ciudad hay muchos restos romanos de la antigua Mediolanum.
La Basilica di San Lorenzo Maggiore fue construida con restos de edificios romanos. Su interior es interesante ya que se conservan mosaicos de estilo bizantino del siglo IV.
Delante de la basílica se alza una estatua dedicada al emperador Constantino.
Durante la época de los Visconti y de los Sforza, los Navigli de Milán fueron una importante ruta comercial y determinante para la construcción de la ciudad. El Naviglio Grande ya era navegable a mediados del siglo XIII y todo tipo de productos llegaban del Lago Magiore a través de un sistema de esclusas hasta el anillo navegable, creado aprovechando del foso externo a los muros medievales.



A ambos lados de los Navigli se establecían talleres de diferentes oficios. Se pueden visitar todavía en esta zona unos antiguos lavatorios cubiertos.


Actualmente es una zona de ocio y en la que pasear junto a los canales es muy agradable, pero en verano ¡cuidado con los mosquitos!
Si tenéis pensado visitar Navigli una de las cosas que no te debes perder es la visita a alguno de los locales en los que sirvan el típico «Aperitivi» del norte de Italia. Consiste en un bufet de productos tanto frios como calientes en los que lo que pagas es la bebida.
Actualmente también se pueden hacer paseos en barca a través de los Navigli.
12. Quadrilatero de la Moda
Es la zona comercial más importante de Milán. En ella puedes encontrar tiendas de las firmas de moda más importantes tales como Gucci, Prada, Versace, Dolce & Gabbana. Las dos calles más conocidas son la Via Montenapoleone y la Via della Spiga. Vale la pena pasear por ellas y admirar los escaparates ya que los precios para comprar no están al alcance de todos los bolsillos.
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