Cuenta la leyenda que en el siglo XIV a. C. el azar quiso que un capullo de seda cayese en la taza de té de la joven emperatriz china Leizu. Al sacarlo desovilló el hilo del capullo y tuvo la idea de tejerlo. Esta poética casualidad daría inicio a la sericicultura, la cría del gusano de seda para producir capullos y finalmente obtener el preciado producto textil. La verdad es que ya desde el 3400 a. C. hay referencias a la cría del gusano en China, en sus vastas regiones de abundantes moreras. Durante 3000 años se mantuvo en China el secreto de su elaboración bajo pena de muerte hasta que unos monjes griegos guardaron en el interior de sus bastones unas semillas de morera y huevos de gusanos y trajeron al Mediterráneo el conocimiento de este arte.

La Casa de la Seda de Barcelona

En Barcelona, muchos siglos más tarde, la producción de la seda recaería principalmente sobre la comunidad judía. Con la expulsión de los judíos el lucrativo negocio pasará a manos de los artesanos gremiales dando lugar a la creación en el año 1533 del Gremio de Veleros. Es necesario precisar aquí que veleros no se refiere ni a velas ni a barcos sino a los velos que cubrían los vestidos femeninos de la época. En 1763 se construye el edificio gremial que acabará siendo la sede del Col.legi de l’Art Major de la Seda.

La Casa de la Seda de Barcelona

El magnífico edificio de la Casa de la Seda está en pleno centro de Barcelona, en Sant Pere Més Alt, 1 (esquina con Via Laietana) y puede visitarse en un excelente recorrido guiado que nos hará revivir cinco siglos de historia. El edificio tiene una de las fachadas más bonitas de la ciudad y seguro que si habéis pasado por Via Laietana alguna vez habréis parado para levantar la vista y contemplarla detenidamente. Está toda cubierta de cariátides y demás figuras clásicas siguiendo la técnica del esgrafiado presente en muchos edificios de Barcelona.

La Casa de la Seda de Barcelona

En el balcón de la esquina podemos ver en una hornacina a Nuestra Señora de los Ángeles, patrona y protectora de los veleros, obra de 1760 del escultor Joan Enrich.

La Casa de la Seda de Barcelona

La Casa de la Seda estuvo en serios aprietos a principios del siglo XX cuando durante el Plan Cerdà y la construcción de la Via Laietana se llegó a pedir su demolición para dar más visibilidad al vecino Palau de la Música. Se salvó gracias a que se la declaró Bien Cultural de Interés Nacional en 1919. Más tarde, entre 1928 y 1932, se ampliaría el edificio.

Interior de la Casa de la Seda

La Casa de la Seda de Barcelona

La visita por el interior de la Casa de la Seda nos permite recorrer diferentes salas de fina decoración y lujo distinguido. En la entrada del primer piso está el documento original que daba la autorización del Rey para la fundación del gremio junto a la «cana», la unidad de longitud válida para medir el tejido. En una de las paredes forradas del salón aparecen los ornamentos de cinco querubines alados sobre un gran sofá de piel.

La Casa de la Seda de Barcelona

La Casa de la Seda de Barcelona

Durante las reuniones que se celebraban en la distinguida sede se tomaron decisiones de notable importancia comercial y también política. La Sala del Gremi de Velers donde se reunía la Junta General es otro ejemplo de cómo la cuidada decoración intenta realzar la importancia de los temas que allí se discutían. Excepcional es también el archivo histórico de la biblioteca: más de 3000 documentos y 5000 fotografías que desde 1533 hasta la actualidad forman parte sin ninguna duda de la memoria histórica de Barcelona.

La Casa de la Seda de Barcelona
La casa de la seda de Barcelona

Información de interés

  • La Casa de la Seda de Barcelona puede visitarse todos los sábados del año (excepto en agosto). Las visitas son guiadas y de 50 min. de duración. A las 11 horas las visitas se realizan en castellano e inglés y a las 12 en català. El precio es de 10 Euros para los adultos. Os dejamos el enlace con su página web aquí.