El sur de Francia es uno de los destinos más habituales de los Janonautas debido a la proximidad con Barcelona. Se puede llegar de manera fácil tanto en coche como en los trenes de Renfe-SNCF en Cooperación. La región del Languedoc-Roussillon la hemos ido recorriendo en distintos viajes pero su capital, Montpellier, nos quedaba pendiente y en un puente nos decidimos a visitarla. En este viaje nos acompañó Bilbo que se siente en Francia como en casa. El tiempo que dedicamos a la ciudad fue de un día y tuvimos suficiente para una primera toma de contacto. Aprovechamos el siguiente día para recorrer algunos lugares de la región. Os presentamos en este post los lugares más interesantes y que más nos gustaron a los Janonautas.

Dónde está Montpellier
Montpellier está situada en el sur de Francia en la región de Languedoc-Roussillon. No es una ciudad muy grande, aproximadamente 300.000 habitantes. La separan tan sólo 11 kilómetros del Mediterráneo.
Actualmente y gracias al tren de alta velocidad se puede llegar a la ciudad francesa en poco más de dos horas desde Barcelona y en unas seis horas desde Madrid. Por lo que puede ser una interesante escapada de fin de semana.
Un poco de historia
La ciudad de Montpellier fue fundada en el siglo VIII. Se fundó alejada de la costa para evitar los frecuentes ataques piratas durante la Edad Media a la que era sometida la costera ciudad de Magalona. Fue en el siglo X cuando empezó a adquirir importancia gracias al comercio promovido por los condes de Tolosa.
En 1204 entró a formar parte del Reino de Aragón y en 1349 pasó a definitivamente a la corona francesa al ser vendida por el rey Jaime III al monarca francés. En Montpellier nació el famoso monarca Jaume I el Conquistador.
Un episodio importante de su historia ocurrió en el año 1622 cuando el rey Luis XIII de Francia tomó la ciudad que se había convertido en un feudo de la resistencia protestante frente al catolicismo. Las guerras de religión causaron un gran número de víctimas en la ciudad.
También sufrió importantes bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial que ocasionaron múltiples daños tantos materiales como personales. Actualmente es la segunda ciudad en importancia del sur de Francia tras Marsella.
Qué ver en Montpellier
Lo que más nos gustó de Montpellier fue pasear por sus bonitas calles medievales empedradas y por sus pequeñas plazas llenas de encanto. Es una ciudad muy cómoda para los caminantes ya que tiene una importante zona peatonal y la mejor manera de visitarla es sin duda a pie.
También se puede tomar alguno de los tranvías que cruzan la ciudad con sus originales vagones diseñados por Christian Lacroix.
Montpellier no cuenta con un monumento que destaque por encima de los demás, de hecho el 19% de los edificios de la ciudad de esta ciudad están clasificados como monumentos históricos con lo que podemos hacernos una idea de la monumentalidad de la ciudad. Este fue el recorrido que hicimos:
Place de la Comédie
El centro histórico de la ciudad es conocido como l’Ecusson, por su forma parecida a un escudo. El centro neurálgico de esta zona es sin duda la Place de la Comédie.
Es una de esas plazas que no es posible abarcarla de un solo vistazo. Tienes que recorrerla con la mirada de izquierda a derecha y te deja impresionado. Es una de las plazas más bonitas que los Janonautas hemos visitado y se trata de uno de los espacios peatonales más grandes de Europa.
La plaza está rodeada de bellos edificios, tiendas, terrazas y restaurantes. En ella se respira un gran ambiente a todas horas.
En la esquina sudoeste de la plaza se encuentra el edificio de la Opéra Comédie construido en 1888. Su fachada recuerda mucho al edificio de la Ópera de París.
Justo delante de la ópera se levanta la Fontaine des Trois Grâces, uno de los símbolos de la ciudad de Montpellier. Esta fuente fue construida en 1777. Aglaya, Eufrósine y Talía son las tres gracias representadas en la fuente
En el lado opuesto al edificio de la ópera se encuentra uno de los numerosos parques de la ciudad: la Esplanade Charles de Gaulle.
Constituye la prolongación de la Place de la Comédie. Tiene una longitud de 500 metros y en ella encontramos alamedas, fuentes, estanques y áreas de juegos para los habitantes de la ciudad.
Junto a la Esplanade Charles de Gaulle se encuentra la oficina de Turismo en la que podéis encontrar toda la información para la visita tanto de la ciudad como de sus interesantes alrededores.
Musée Fabre
El Musée Fabre es un importante museo que lleva el nombre del pintor francés François-Xavier Fabre y alberga una importante muestra de pintura que va desde el Renacimiento hasta nuestros días. Los cuadros con los que se inauguró el museo fueron cedidos por Fabre a la ciudad de Montpellier.
Fue abierto al público en 1828 y está situado junto a la Place de la Comédie en el centro histórico. Se trata de uno de los museos más importantes de Europa.
Église Saint-Anne
La Iglesia de Santa Ana está situada en una plaza con mucho encanto llamada Place du Petit Scel.
Esta iglesia fue construida en el siglo XIX en estilo neogótico. Tiene un campanario que domina la ciudad con sus 69 metros de altura. Esta iglesia ya no es utilizada para el culto y se ha convertido en una sala de exposiciones de arte contemporáneo llamada Carré Saint-Anne.
En la plaza se encuentra también el conservatorio de música. Durante el mes de junio en ella se celebran conciertos al aire libre. En esta zona hay muchas tiendas de antigüedades y pequeños talleres de artesanos.
Église Saint Roch
Está dedicada a un santo nacido en la ciudad de Montpellier en 1295. Era hijo del gobernador de la ciudad y dedicó su vida y su fortuna a ayudar a los más desfavorecidos.
Esta iglesia fue construida en el siglo XIX en estilo neogótico, donde antiguamente estaba la iglesia de Saint Paul, y es uno de los templos más emblemáticos de la ciudad. La iglesia está situada en una pequeña plaza que lleva su mismo nombre.
Place des Martyrs de la Resistance y Rue Foch
Esta amplia plaza rodeada de restaurantes está presidida por el edificio de la Préfecture construido en 1870 y en el centro hay una fuente en la que Bilbo aprovechó para darse un baño para refrescarse.
De esta plaza parte la Rue Foch, una de las principales calles de la ciudad, que lleva directamente al Arc de Triomphe.
Durante el paseo se pueden admirar numerosos palacetes de los siglos XVII y XVIII.
Justo al lado del Arc de Triomphe se encuentra el Palacio de Justicia. Este edificio fue construido entre los años 1846 y 1855 en estilo neoclásico en el lugar que ocupaba el castillo feudal de Guilhem.
En la parte trasera del Palacio de Justicia se encuentra la cárcel de la ciudad. No son muchas las ciudades que tienen comunicada la cárcel con los juzgados. Montpellier es una de ellas.
Arc de Triomphe
El Arc de Triomphe de Montpellier, también llamado Porte de Peyrou, se encuentra al final de la Rue Foch junto al Palacio de Justicia.
Este monumento da entrada al casco antiguo de Montpellier. Fue diseñado por François D’Orbay y construido en 1692 sustituyendo una de las puertas de la antigua muralla. Se puede realizar una visita guiada a la terraza del edificio desde donde se tienen unas buenas vistas de la ciudad.
Place Royale du Peyrou
Este parque se encuentra situado detrás del Arc de Triomphe. Su construcción se inició en el año 1689. Se trata del punto más alto de la ciudad y de una de las zonas de paseo preferidas de los habitantes de Montpellier.
En el centro del parque se encuentra la estatua ecuestre de Luis XIV construida en bronce.
Pero la construcción que más destaca en el recinto es sin duda es la torre del agua llamada Château d’Eau. Es una torre hexagonal decorada con columnas corintias cuya función era la distribución del agua potable. Os recomendamos una visita nocturna para poder verla iluminada.
El agua que llegaba al Chateau d’Eau provenía del vecino Aqueduc des Arceaux. Fue construido en 1754, intentado imitar la arquitectura clásica. Tiene una longitud de 880 metros y servía para llevar agua desde la fuente de Saint Clement hasta la ciudad, la distancia entre los dos puntos es de 14 kilómetros.
Facultad de Medicina
La Facultad de Medicina de Montpellier es la facultad con actividad más antigua del mundo. Fue fundada en el siglo XII a partir de la escuela de medicina creada por los médicos judíos, comunidad muy numerosa en la Montpelllier de la época.
En esta facultad estudiaron personajes como Arnau de Vilanova, Ramon Llull o Nostradamus. El edificio de la Facultad de Medicina está situada junto a la Catedral de Montpellier.
Cathédrale Saint-Pierre
La Catedral de Saint-Pierre fue construida en el siglo XIV. Se trata del edificio gótico más importante de la ciudad y la iglesia más grande de la región del Languedoc-Roussillon.
La catedral está situada en el centro de la ciudad vieja junto a la Facultad de Medicina. Lo que llama más la atención del edificio es su fachada con dos grandes pilares muy anchos y un baldaquino. Se trata de unos elementos meramente decorativos y que son los únicos restos de la antigua iglesia.
Ocupa el lugar de la antigua capilla del Monasterio Saint-Benoït Saint Germain fundado en el año 1364. La Catedral fue constuida a modo de iglesia-fortaleza y constaba de almenas y cuatro torres de defensa. Una de ellas se derrumbó en el año 1567 debido a los ataques de los protestantes. La catedral fue blanco de estos ataques durante las guerras de religión sufriendo numerosos daños.
Una vez conquistada la ciudad por Luis XIII la catedral fue reconstruida. También se realizaron trabajos de ampliación entre los años 1855 y 1875. Los Janonautas no pudimos visitar la catedral por dentro ya que estaba cerrada.
Barrio de l’Antigone
Antigone es un amplio espacio público obra del arquitecto español Ricardo Bofill. La idea principal era crear un nuevo barrio donde se situaba el antiguo cuartel Joffre y que estuviera integrado con el cercano centro histórico de Montpellier.
Antigone se empezó a construir en 1977 y el proyecto se finalizó en el año 2000. La zona recuerda la arquitectura clásica con edificios de estilo clásico, muchas fuentes y numerosas réplicas de estatuas de la época romana y griega.
Numerosas fuentes decoran las zonas comunes y hay numerosas réplicas de esculturas clásicas.
Los edificios se distribuyen alrededor de un gran patio interior, llamado Atrio, de un kilómetro de longitud. Las calles y plazas llevan nombres que recuerdan la época clásica: Place Acropolis, Place Sparte…
También conviven muchos espacios verdes y restaurantes con terrazas, hasta una piscina olímpica integrada en la arquitetura clásica. La mayor parte de la zona está cerrada al tráfico.
La zona tiene una extensión de 36 hectáreas y va desde el Centro Comercial Polygone hasta el río Lez.
Junto al río se abre un espacio semicircular llamado Parc l’Europe.
Arte urbano
En Montpellier se celebran jornadas de espectáculos y arte urbano llamados ZAT (Zonas Artísticas Temporales). Van cambiando de barrio de forma alterna y, según la organización, sirven para ver la ciudad de otro modo.Os dejamos una muestra del arte urbano que nos encontramos en nuestra visita:
Información práctica
Dónde dormir
En muchas ocasiones, cuando viajamos por Francia, los Janonautas solemos dormir en hoteles de la cadena Accor. Son hoteles sencillos pero muy recomendables. Tienen todo lo que se puede necesitar cuando se viaja y normalmente están muy céntricos. En Montpellier nos alojamos en el Ibis Styles Centre Comédie.
El hotel estaba muy céntrico a sólo tres minutos de la Place de la Comédie. Las habitaciones eran amplias, cómodas y muy silenciosas teniendo en cuenta que estábamos en el centro de la ciudad.
Dónde comer
Durante nuestra visita a Montpellier las temperaturas fueron muy altas. Hacía mucho calor y a media mañana nos paramos a refrescarnos en una cafetería que también ofrecía bebidas frías como batidos y café frappé. Pertenecía a la cadena francesa French Coffee Shop.
A la hora de comer nos decidimos por un restaurante que nos había recomendado David, de De pronto a bordo. Se trataba del Bouchon Saint Roch y como su nombre indica estaba en la misma calle que la Église Saint-Roch.
Había una menú y se podían hacer diversas combinaciones de platos. La comida estaba muy buena y el servicio también nos gustó. Comimos en su estupenda terraza a cubierto del sol.
Sin duda volveremos a Montpellierpor su proximidad y por sumergirnos de manera más profunda en esta ciudad tan antigua y tan nueva a la vez y con un ambiente inigualable.
5 opiniones sobre “Un día en Montpellier”