Escocia etapa 6: de Inverness a Thurso. En este día los Janonautas íbamos a conocer realmente las tierras altas de Escocia. Dejábamos el circuito más popular de las rutas por las Highlands y subíamos hasta el norte, hasta la punta más septentrional de Escocia. Esta zona era también nueva para Àlex y Trini ya que en nuestro anterior viaje a Escocia no habíamos subido más al norte de Inverness. Sabíamos que la conducción sería más complicada y lenta ya que las carreteras del norte estaban en peores condiciones, pero también estábamos casi seguros de que los paisajes iban a ser extraordinarios y nada comparables con lo visto hasta ahora.

Como en los días anteriores los Janonautas madrugamos. Nos levantamos a las 7:45 y pocos minutos más tarde estábamos desayunando un completo scottish breakfast que Sheila nos había preparado. Desayunamos en el pequeño salon del B&B rodeados de fotos familiares de los dueños.
Salimos más abrigados que en días anteriores, las previsiones del tiempo hablaban de lluvia y temperaturas entre 13 y 15 grados y nos dirigíamos hacia el norte.
INVERNESS – ROGIE FALLS (33 km)
Nuestra primera parada fueron las Rogie Falls situadas en el pueblo de Contin, muy cercano a Inverness.
A unos dos kilómetros de Contin dirección Ullapool estaban indicadas las cataratas y había una zona de aparcamiento a la derecha de la carretera. Estas cataratas son conocidas por los salmones que realizan en ellas sus espectaculares saltos cuando van río arriba.
A las cataratas se puede llegar por dos senderos señalados en un mapa en colores diferentes. Un recorrido es más largo que el otro. Nosotros tomamos el sendero corto.
Tras realizar un paseo de unos cinco minutos por una zona boscosa llegamos a las Rogie Falls. Lo primero que nos llamó la atención fue el color del agua, era marrón oscuro. Durante nuestro viaje nos dimos cuenta de que casi todos los ríos de Escocia tienen ese color marrón parecido al whisky. Además en un lado de las cataratas había una sospechosa espuma blanca y las mezcla de las dos cosas nos hizo pensar que estábamos ante una cascada de coca-cola.
De los salmones ni rastro. Sabíamos por lo que habíamos leído que no era la mejor época para verlos pero no tuvimos suerte y no vimos ninguno.
Una vez realizadas las fotos y vistas las cataratas desde varios puntos diferentes recorrimos el sendero de vuelta hasta el coche.
ROGIE FALLS – DORNOCH (68 km)
Dornoch es un pequeño pueblo medieval en el borde de la Dornoch Firth. Se trata de un centro de veraneo muy popular entre los escoces ya que dispone de una gran playa, balneario y uno de los campos de golf más importantes de Escocia. Además tiene fama de tener uno de los climas más soleados de Escocia pero nosotros no lo pudimos comprobar ya que durante toda la visita el cielo estuvo tapado. El pueblo también es conocido por ser donde se quemó la última bruja de Escocia en 1727.
Cuando llegamos vimos un grupo importante de gente, la mayoría niños, agolpados en lo que parecía un riachuelo que recorría el pueblo. Al acercarnos comprobamos que se estaba celebrando una carrera de patitos de goma y los niños los iban siguiendo por todo el recorrido. Nunca habíamos visto una cosa igual pero por el número de gente y los carteles que anunciaban la carrera supusimos que era algo muy popular en este pueblo.
Dimos una vuelta por el centro del pueblo en el que destaca la catedral fundada en 1224 y construida con piedra arenisca roja. Es la catedral más septentrional de Reino Unido. Fue casi destruida por una disputa entre clanes en el año 1570 y restaurada en 1920. Como curiosidad os comentamos que Madonna bautizó en ella a uno de sus hijos.
Destacamos también el edificio de la antigua cárcel.
Y el antiguo palacio del obispo que se ha convertido en un hotel.
Merece la pena visitar este pequeño pueblo. No nos llevó mucho tiempo y tiene mucho encanto. Los Janonautas lo recomendamos.Volvimos al coche para continuar con nuestra ruta. Próximo destino: Dunrobin Castle.
DORNOCH – DUNROBIN CASTLE (20 km)
El Dunrobin Castle está situado en el pueblo de Golspie. Entramos al castillo por un camino protegido por almenas a ambos lados.
Dunrobin Castle es el castillo más grande de las tierras del norte con 189 habitaciones y una de las casas habitadas más antiguas de Reino Unido. Su construcción se remonta al año 1300 y el edificio actual es de estilo victoriano.
El castillo sigue siendo el hogar de los duques de Sutherland. El edificio se puede visitar entre los meses de abril y octubre, de 10:00 a 17:00 horas. No está incluido en la Scotland Explorer Pass y la entrada es bastante cara así que nosotros sólo lo visitamos por fuera.
Tienen mucha fama sus jardines abiertos al mar que fueron diseñados en 1850 por el arquitecto Sir Charles Barry (quien diseñó también las Casas del Parlamento de Londres). El arreglo de los jardines, inspirado en los de Versalles ha cambiado poco en los 150 años que hace que se plantaron. A pesar de su ubicación tan al norte los jardines tienen una gran variedad de plantas. El castillo también cuenta con un museo de objetos de caza, exhibiciones de cetrería, un restaurante y un salón de té.
Hicimos un alto en el camino para comprar en un Tesco el meal deal del día y pusimos dirección a John O’Groats.
DUNROBIN CASTLE – DUNCANSBY HEAD (112 km)
La carretera que nos llevaba hacía el norte iba bordeando la costa y en todo momento teníamos visible el mar a nuestra derecha. Vimos muchas plataformas petrolíferas.
La conducción era tranquila y cada vez había menos tráfico. Al llegar al pueblo de Wick paramos a repostar antes de tomar la carretera hacia John O’Groats. Habíamos leído en los foros que a partir de aquí las gasolineras escaseaban, así que llenamos el depósito para ir tranquilos.
La carretera se hizo cada vez más estrecha hasta que sólo cabía un coche y tuvimos que utilizar los passing places para ceder el paso cuando nos cruzábamos con algún vehículo.
Justo antes de llegar a John O’Groats nos encontramos con el desvío hacia Duncansby Head que eran los acantilados a los que nos dirigíamos. El pueblo de John O’Groats no tiene ningún interés, es conocido por ser el lugar desde donde parten los barcos a las Islas Orcadas.
La carretera acababa en un parking. Allí dejamos el coche y el último tramo lo hicimos andando. Según indicaba un letrero desde el parking hasta los acantilados había un kilómetro. La temperatura había bajado considerablemente, hacía mucho viento aunque de momento no llovía. Nos abrigamos con varias capas de ropa y nos pusimos los chubasqueros por si empezaba a llover.
El paisaje era de lo más agreste, no se veía ni un solo árbol en toda la zona. No había niebla ni bruma y hasta pudimos distinguir a lo lejos las Islas Orcadas que están situadas justo enfrente.
Los acantilados de Duncansby Head son el extremo más septentrional de Escocia. Destacan junto a la playa tres columnas rocosas.
El camino hasta los miradores estaba sembrado de excrementos de oveja, ya que estas estaban por todas partes. Algunas se atrevían a pastar en las paredes verticales de los acantilados.
Esta zona es un paraíso para las aves. Hay diferentes clases de pájaros y muchos nidos en las oquedades de las rocas.
Comimos junto a los acantilados acompañados de unas maravillosas vistas. Los Janonautas recomendamos mucho esta visita.

Volvimos hacia el coche para seguir la ruta. Bordeando la costa y pasado el pueblo de John O’Groats tomamos un desvío para ver las vistas desde el faro de Dunnet Head.
Desde la zona que rodea al faro se tienen unas buenas vistas de los acantilados.
El tiempo era cada vez más desapacible y estaba a punto de llover así que nos fuimos dirección Thurso donde estaba nuestro hotel.
DUNCANSBY HEAD – THURSO (25 km)
Atravesamos Thurso y nos dirigimos hacía el hotel que estaba en las afueras. Decidimos visitar más tarde el pueblo aunque lo que vimos no despertó mucho nuestro interés.
Esta noche nos íbamos a alojar en el Forss Hotel. Es un establecimiento aislado y muy tranquilo. El hotel es un gran caserón y una simpática anciana nos dio la bienvenida y nos acompañó hasta nuestra habitación, que se llamaba Brimside.
La habitación era muy amplia y estaba distribuida en varios ambientes. El único problema era la cama de Clàudia: un plegatín bastante incómodo.
Estábamos muy cansados y decidimos no visitar Thurso y cenar en el hotel. Salimos a dar una vuelta por las instalaciones del hotel antes de cenar.
La lluvia nos hizo volver al hotel y antes de entrar al comedor nos acompañaron al bar mientras preparaban nuestra mesa.
Cenamos muy bien y regresamos a la habitación. El día había sido agotador. No habíamos hecho demasiados kilómetros pero la conducción había sido muy lenta debido al estado de las carreteras. Las vistas de los acantilados de Dunscansby Head habían valido la pena.
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Gastos del día:
- Combustible 56 libras.
- Souvenirs 4,14 libras.
- Meal deal 9 libras.
- Forss Hotel 195 libras habitación triple con desayuno.
- Cena Forss Hotel 78 libras.
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