Cuando se piensa en castillos medievales siempre nos viene a la cabeza el magnífico Castillo de Neuschwanstein, el castillo del rey loco. Este castillo situado en el corazón de los Alpes bávaros es uno de los más bonitos del mundo. Sirvió de inspiración a Walt Disney para la creación del castillo de la Bella Durmiente. Era una visita muy deseada por los Janonautas. Lo visitamos durante la ruta por el norte de Italia. La excursión era de 327 km y unas cuatro horas de conducción pero la recompensa de poder ver este precioso castillo hizo que valiese la pena.
El Castillo de Neuschwanstein está situado cerca de la ciudad de Füssen. Es la principal atracción de la zona de Baviera (sur de Alemania) en la actualidad y uno de los más visitados de Europa. Se calcula que en un año puede tener 1,4 millones de visitas.
El aparcamiento (de pago) está en el pequeño pueblo de Hohenschwangau de donde parten los caminos hacia el castillo. La subida se puede hacer a pie, en coche de caballos (previo pago) o en autocar (gratuito).
Junto a la zona de aparcamiento se encuentran las oficinas donde se pueden comprar las entradas para la visita. También se pueden adquirir por Internet y es la opción más recomendable por la gran demanda de entradas que hay. Os comentamos que son muy estrictos con los horarios establecidos en la compra de entradas, si llegáis un minuto tarde no entráis. Toda la zona está rodeada de edificios de estilo bábaro.
Los Janonautas decidimos hacer el camino hasta el castillo a pie. El día era soleado y la zona muy bonita por lo que, aunque el camino era de subida y en algunos momentos de bastante pendiente, se nos hizo agradable.
Desde el camino se tienen diferentes perspectivas de la bucólica zona que rodea el castillo.
El Rey Luis II y su castillo
El artífice de la construcción del Castillo de Neuschwanstein fue el rey Luis II de Baviera. A este rey lo apodaban «el rey loco» debido a su caracter retraído y extraño. Luis II había nacido en 1845 en el Castillo de Nymphenburg. En 1864, tras la muerte de su padre Maximiliano II, Luis subió al trono a la edad de 18 años. No tenía ninguna experiencia política.
El monarca quiso construir el Castillo de Neuschwanstein para alejarse de la vida pública ya que perdió la corona por temas políticos. En 1866 Baviera, firme aliada de Austria, había perdido la guerra contra la expansionista Prusia. Luis II se vió forzado a realizar una alianza de protección y defensa y dejó de ser soberano para convertirse en un vasallo de Prusia. Nunca superó esta «desgracia».
El Castillo de Neuschwanstein se creó en la imaginación del rey. Quería crear un castillo a imagen y semejanza de los antiguos castillos medievales donde sentirse como el soberano que no era. El castillo fue bautizado por el rey como «el nuevo Hohenschwangau», en referencía al otro castillo de la zona donde había pasado su infancia y al que le tenía mucho cariño. La denominación Neuschwanstein no apareció hasta después de la muerte del monarca.
Luis II de Baviera murió en circunstancias extrañas en el año 1886. Lo encontraron ahogado en el lago Starnbergen junto a su psiquiatra un día despues de que el gobierno lo declarase incapaz para gobernar.
Historia del castillo
El Castillo de Neuschwanstein se empezó a construir en el año 1868. En 1873 el rey se trasladó a vivir en él aunque todavía estaba en obras debido a los numerosos retrasos sufridos. Hasta 1884 que se finalizaron las obras del palacio vivió en la puerta forticada. Las obras definitivas finalizaron en 1892.
El Castillo de Neuschwanstein no fue concebido para ser visitado pero un mes y medio después de la muerte del monarca se abrió al publico. En 1923 el castillo pasó a ser de titularidad pública. Hasta entonces con los ingresos que se generaban por las visitas se pagaban las deudas que el rey había contraído. La construcción del castillo la pagó directamente el rey de su bolsillo, adquiriendo para ello numerosos préstamos.
El rey seguía la evolución de las obras desde el cercano Castillo de Hohenschwangau. Las obras se retrasaron más de lo previsto debido a la orografía del terreno y a los continuos cambios decididos por el monarca.
Durante la II Guerra mundial los nazis utilizaron el castillo para guardar obras de arte robadas y/o decomisadas y también guardaban grandes cantidades de oro. No sufrió ningún daños durante la ocupación nazi.
La visita
La visita al interior del Castillo de Neuschwanstein sólo se realiza de forma guiada en alemán o inglés. Existen audio-guías en diferentes idiomas. La visita del interior dura unos 30 minutos.
La entrada al castillo se hace por la Barbacana. Tiene dos torres a los lados y la cornisa está rematada con almenas. Hay un cuarto sobre la puerta que fue donde vivió el monarca mientras se acababan las obras del palacio.
El diseño del castillo es más estético que funcional. En la época en que se construyó los castillos-fortaleza como este ya no eran necesarios como edificios defensivos.
El exterior del castillo es sobrio con formas severas y simplistas, a diferencia de la rica decoración interior pero la visión del exterior es agradable. Tiene numerosas torres de distintos tamaños, gabletes, almenas y esculturas.
Una característica importante son sus grandes ventanales que no eran algo común en la época. Son de estilo románico.
Una vez atravesada la Barbacana accedimos al Patio de Armas que está en dos niveles. Unas escaleras separan ambos patios. La característica más importante de esta zona es la torre cuadrada de 45 metros de altura.
En uno de los lados del patio se encuentra el Palacio que es el edificio principal y la zona residencial del castillo. Es un edificio de cinco plantas donde estaban los aposentos tanto del rey como de sus sirvientes. Tiene dos torres adyacentes, una de ellas mide 65 metros de altura. Entre habitaciones y salas el Palacio cuenta con 200 estancias.
La decoración interior del castillo está inspirada en las óperas de Richard Wagner, compositor del que era gran admirador el rey. Las pinturas murales del castillo tratan temas amorosos, historias de caballeros, poetas y animales. Hay tres personajes principales en estas pinturas: el poeta Tannhäuser, el caballero Lohengrin (caballero del cisne) y el rey Parsifal.
Las figuras de cisne están muy repetidas en toda la decoración del castillo. Por un lado representa la pureza en la simbología cristiana y por otro se trata del símbolo heráldico de la Familia Schwangau, del que Luis II era descendiente. La visita del interior se inicia en el vestíbulo, visitándose la tercera y la cuarta planta para finalizar en la segunda donde se encuentra la cafetería y la tienda de souvenirs. También se visita la cocina.
Como en el interior del castillo no estaba permitido realizar fotos las que os mostramos a continuación son de la página oficial del Castillo de Neuschwanstein.
La Cámara Real está situada en el tercer piso del edificio del Palacio y consta de ocho salas. A los Janonautas nos llamó mucho la atención una gruta construida en una de las salas y que comunicaba el despacho del rey con un pequeño invernadero.
En el dormitorio del rey nos encantó el mirador con vidrieras de colores y los escudos monárquicos de Wittelsbach, Baviera y Schwangau. La tela del tapizado de los asientos está bordada y representa leones, cisnes y lirios.
Por su situación idílica, entre montañas y lagos, las vistas desde las estancias del castillo son muy bonitas.
La estancia más grande del Palacio es la Sala de los Cantores que está situada en la cuarta planta. Esta sala está inspirada en la que hay en el castillo de Wartburg y decorada con el mito de Parsifal y la leyenda del Grial. Es verdaderamente espectacular!
Enormes murales, ricamente pintados, decoran la Sala de los Cantores. En la siguiente foto se puede ver una pintura del mito de Parsifal.
La Sala del Trono es la segunda estancia más grande del Palacio. Esta sala está inspirada en las catedrales bizantinas y realmente te sientes en una de ellas. Los mosaicos y los vivos colores de la estancia nos sorprendieron gratamente.
En uno de los laterales de la Sala del Trono hay un ábside donde se debía colocar el trono del rey. La decoración simboliza el derecho divino de los reyes.
El Castillo de Neuschwanstein como vivienda estaba dotado de las técnicas más modernas de la época: agua corriente, calefacción central de aire caliente, desagüe automático y la cocina proporcionaba agua caliente y fría. Hasta disponía de un ascensor.
La visita del interior del castillo nos gustó mucho y creemos que la espectacularidad del exterior se queda corta si la comparamos con el interior. En el Castillo de Neuschwanstein hemos comprobado como se pueden mezclar diferentes estilos arquitectónicos como el románico, el gótico y el bizantino entre otros sin que desentonen.
El principal problema que tiene el castillo es que tanto la climatología como las características físicas del terreno, al estar construido sobre un desfiladero, hacen que constantemente se tengan que realizar trabajos de mantenimiento y rehabilitación. En alguna de nuestras fotos aparecen los andamios de las obras.
Alrededores del castillo
En los alrededores hay varios miradores desde los que se pueden tener bonitas vistas del castillo y los paisajes. Estos miradores fueron diseñados por el rey y por su padre.
El puente más conocido es el Marienbrücke en honor de la madre de Luis II, María de Prusia. Se construyó sobre el desfiladero de Pöllat en 1850.
En la parte posterior del castillo se puede visitar la zona de Pöllatschlucht. Un desfiladero con una cascada que no siempre está abierto al público, la zona es propensa a los desprendimientos.
Los Janonautas dimos por finalizada la visita al maravilloso Castillo de Neuschwanstein y lo recomendamos encarecidamente. Volvimos al aparcamiento para coger el coche, nos esperaba una larga travesía pero había merecido la pena.