Desde hace años nos gusta viajar por libre, informándonos con antelación sobre los lugares a los que vamos. Este trabajo previo requiere documentarse leyendo blogs de viajes, consultando guías y revistas, contactando con las agencias de turismo oficiales … Una vez el viaje ya ha empezado siempre miramos qué opciones hay para completar la información recabada con ayuda de actividades locales, guías o excursiones. Por eso cuando planeamos ir a Belfast nos pusimos en contacto con el equipo de Irlanda en Español, para saber qué excursiones podíamos hacer con ellos. Su idea de tours guíados en español nos pareció muy atractiva y finalmente nos decidimos a hacer la excursión de dos días por Irlanda del Norte. El resultado fue excelente y aquí os presentamos nuestra experiencia con ellos.
Día 1
Ya llevábamos unos días en Belfast y habíamos visto prácticamente toda la ciudad. Nos quedaban por ver los barrios católicos y protestantes, un poco alejados del centro urbano, y que fueron escenarios del terror que asoló el Ulster norirlandés durante más de 30 años. El recuerdo a las víctimas, las reivindicaciones políticas, el homenaje a los héroes de la causa, tuvo su forma de manifestarse dibujada en los muros de las dos zonas en conflicto. Son los murales de Belfast una visita obligada para conocer los sucesos que nos mantuvieron pendientes de la televisión a finales del siglo XX. Unos años en los que el nombre de la ciudad lo asociábamos al miedo de las bombas y los asesinatos entre vecinos.
El personal de Irlanda en español nos esperaba junto al céntrico Jurys Inn Belfast Hotel. El minibús había salido temprano desde Dublín y nos recogería en Belfast a media mañana. Saúl iba a ser nuestro guía y conductor. La ruta de dos días por Irlanda del Norte la haríamos junto a una pareja de recién casados mexicanos.
La primera parada era en la Universidad de Belfast donde pudimos contemplar el majestuoso edificio central y acceder al campus sin bullicio estudiantil por ser el período de las vacaciones estivales. Saúl es un apasionado de la historia y nos iba relatando con detalle los primeros años del conflicto entre Irlanda y Gran Bretaña.
Tras esa visita nos dirigimos hacia el barrio católico para empezar el recorrido por los murales de Belfast. En las paredes, en los cementerios, en las alambradas y puertas que protegían los barrios vimos materializada con toda crudeza la violencia de aquellos años.
Visitamos también el llamado Muro de la Paz y atravesamos una de las puertas que todavía se cierran por la noche para separar las zonas católicas de las protestantes. La pasión que Saúl ponía en sus explicaciones nos contagió y fueron momentos intensos y emotivos.
Aunque el conflicto se solucionó os recomendamos que no vayáis solos a estos barrios, sobre todo al protestante, en que todavía hoy existen las sedes de grupos de aspecto paramilitar bajo una apariencia de sede social o deportiva.
La vuelta al centro de Belfast fue en silencio, intentando asimilar todo lo que habíamos visto y sentido. Saúl nos dejó a nuestro aire para comer algo antes de regresar al minibús y reemprender la marcha. Hicimos un completo tour por la ciudad antes de salir de Belfast rumbo al norte. Teníamos dos horas de camino hasta Derry. Esta ciudad también sufrió cruelmente los azotes de la guerra entre unionistas y republicanos irlandeses y de hecho es nombrada de distinta manera por las dos partes: Derry por los irlandeses, Londonderry por los unionistas.
Allí se nos unió Bronagh, con la que íbamos a conocer la ciudad. Los murales son aquí también memoria de la violencia sufrida. Bronagh es de Derry y vivió de primera mano los sucesos como los del Bloody Sunday (Domingo Sangriento) en el que perdieron la vida varios vecinos del pueblo, la mayoría jóvenes, por los disparos de los paracaidistas ingleses.
No hay ni una sola familia en Derry que no haya sentido en carne propia el miedo de esos años. El recuerdo del dolor experimentado hace que Bronagh se emocione y se le entrecorte la voz varias veces. Nos emocionamos con ella.
La visita a Derry cambia al subir a su zona más antigua y recorrer la muralla con unas vistas espectaculares del río y la ciudad. Acabamos junto al Puente de la Paz, construido años después del conflicto, y nos despedimos de nuestra guía. ¡Gracias Bronagh por compartir con nosotros tu historia!
Como ya anochecía, Saúl nos llevó al hotel donde íbamos a cenar y a dormir (todo incluido en la excursión de Irlanda en Español). Aunque bastante alejado del centro, el Hotel Da Vinci’s es un buen alojamiento y la cena fue excelente.
Día 2
Tras un rápido desayuno salimos a encontrarnos de nuevo con Saúl que ya nos esperaba fuera. Era una mañana luminosa y por primera vez ¡veíamos el sol en Irlanda!
El viaje de hoy empezaba visitando Carrick-a-rede, el puente de cuerda colgante en la costa del condado de Antrim. Por el camino paramos junto al castillo de Dunluce para hacer unas cuantas fotos. Los aficionados de la serie Juego de Tronos (entre los que nos incluimos) reconecerán en estas ruinas el castillo de los Greyjoy en Pyke.
Saúl había reservado el acceso al Carrick-a-rede a las 9 para ser de los primeros en llegar y evitar las colas para cruzarlo. Después de pasar el acceso de visitantes empezaba un camino de tierra sobre los acantilados que se asomaban a nuestra izquierda.
Poco a poco se vislumbraba el islote unido a la costa por un aparentemente frágil puente de cuerdas. El último tramo antes de llegar al puente era una pendiente resbaladiza por la lluvia que había caído el día antes. Una pequeña cola se formaba en el acceso pero avanzaba rápidamente. Uno a uno fuimos pasando el estrecho puente que se movía ligeramente. Pensábamos que íbamos a tener algo de vértigo pero no fue así.
Al llegar al islote pudimos hacer fotos de la costa y de algunos rincones sorprendentes. Para regresar volvimos a pasar el puente y la espera para cruzarlo ya era mayor. Algunos autocares estaban llegando y cada vez eran más el número de turistas. ¡Fue una gran idea venir a primera hora de la mañana!.
Volvimos a la zona de aparcamiento. Nos dio tiempo de ir hasta una esplanada cercana en la que se rodaron algunas escenas de Juego de Tronos: las del campamento de Renly en la primera temporada.
Nuestro próximo destino era la Calzada del Gigante. En la misma costa de Antrim, al oeste de Carrick-a-rede, tardamos 20 minutos en llegar. El minibús nos dejó junto al Centro de Visitantes, al que no es necesario entrar a no ser que queráis una audioguía o necesitéis ir al baño, comprar algo o comer, ya que el acceso a la Calzada del Gigante es gratuito. Se puede acceder sin pagar cruzando el túnel que hay al final de la zona de aparcamientos (que sí son de pago). Saúl nos había explicado la historia de la zona y qué teníamos que ver para que pudiéramos hacer la visita por nuestra cuenta.
Esta atracción es una de las más conocidas e importantes de Irlanda del Norte. ¿Quién no ha oido hablar de la Calzada del Gigante (o de los Gigantes)?. Además es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1986.
Son cerca de 40.000 columnas hexagonales de basalto que se encuentran en la costa de Irlanda del Norte. La formación de estas columnas tiene dos explicaciones, como casi todo en esta zona, una es la oficial científica y otra es la «oficial» según los habitantes de la zona.
La explicación científica es que estas columnas se formaron por el enfriamiento rápido de la lava de una caldera volcánica hace 60 millones de años. A nosotros nos gusta más la explicación «oficial» de la zona. Esta cuenta que su origen está en la disputa entre un gigante irlandés, Finn McCool, fanfarrón y borrachín, y uno escocés que construyó la calzada para cruzar el mar que los separaba buscando pelea. Al final los dos demostraron que eran un poco cobardes y el gigante escocés en una huida precipitada acabó rompiendo parte de la calzada con sus fuertes pisadas. Sus acciones, años después, nos permiten disfrutar de esta belleza natural única en el mundo.
Una vez pasado el acceso hay un recorrido de unos 2 kilómetros hasta las columnas. Se puede hacer en autobús pero nosotros recomendamos hacerlo andando ya que es muy cómodo y se tienen unas vistas espectaculares de la costa y los acantilados. Una vez en la calzada tan solo hay un problema: la gran cantidad de gente que hay sobre las columnas. Es realmente exagerado.
Antes de pisar las columnas preferimos seguir por el camino hasta un mirador que se encuentra a otros 2 kilómetros más allá. Desde el mismo se tienen unas magníficas vistas de la calzada y la costa. Más o menos a la mitad de este camino se pasa junto a otras grandes columnas conocidas como el órgano del gigante. De vuelta a la calzada hicimos numerosas fotos y las recorrimos hasta casi adentrarnos en el mar en dirección a Escocia. La visita merece un par de horas, por lo menos, para poder disfrutarse completamente.
Volvimos al minibús donde nos esperaba Saúl y continuamos la ruta. Fuimos hasta el pueblo cercano de Bushmills donde hicimos parada para comer. Aunque este pueblo es conocido por algunas destilerías de whiskey no tuvimos ocasión de visitar ninguna.
Ya solo nos quedaba un lugar para visitar antes de poner rumbo a Dublín, Dark Hedges, uno de los escenarios de Juego de Tronos que más ganas teníamos de ver. En una carretera vecinal se encuentra este camino arropado por altas hayas que aparece en algunas secuencias de la serie. A pesar de que había bastante gente pudimos hacer buenas fotos.
Y, ¡se acabó! Era el momento de acabar la excursión de dos días por Irlanda del Norte regresando a Dublín directamente. Había sido una maravillosa experiencia. ¡Gracias a Saúl, Bronagh, y resto del equipo, por los dos días de excursión, toda la información que nos distéis y los lugares que nos hicistéis conocer!. Los Janonautas recomendamos sin dudarlo a Irlanda en Español para los viajeros que quieran conocer a fondo la preciosa Irlanda.
Enlace recomendado:
-Turismo de Irlanda
Post de los Janonautas en colaboración con Irlanda en Español
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