Al poco de sacarme el carné, en el año 1987, tuve un regalo muy especial: un amigo de la familia me regaló el 600 que su padre de 90 años ya no podía conducir y que recuerdo que adorné con una Mafalda gigante que pegué en el capó. También recuerdo que muchos de mis amigos tenían coche pero cuando hacíamos excursiones todos se querían venir conmigo. He buscado alguna foto de esos días pasados para incluirla en el post de hoy pero por desgracia no he encontrado ninguna. Treinta años después, gracias a BCN TripTroop-Vintage Tours, he podido revivir, junto a otros compañeros de BcnTravelBloggers, la experiencia de conducir de nuevo uno de estos Seat 600.